martes, 31 de mayo de 2011

Doña distancia

Siempre tan correcta, nunca tiene una salida de tono y qué decir de la sutileza habitual que la caracteriza. Así es Doña Distancia. Esa dama fría y calculadora. En realidad ella no te invita a que seas su huésped, hasta para eso es arrogante!, ella simplemente deja que tú por decisión propia te instales en sus dominios, y una vez allí te puedes preparar; porque sufrirás extraños cambios en la percepción de la realidad, un sudor frío te empapará con ansias de estar donde no estás, sentirás un cosquilleo en tus recuerdos a tal punto que no serás capaz de reconocer entre: recuerdo y sueño, es más, idealizarás eso que tuviste y rechazaste.
Una mirada al horizonte suele ser romántica, entrañable y reconfortante con ese suspiro que te arranca. Pero vivir mirando  esa línea donde se junta el cielo y la tierra, no puede ser muy bueno, digo yo, porque es como vivir en un continuo: algún día, ojalá, como me hubiese gustado...
Y cuando al fin te decides, haces tus maletas y sales por la puerta de la mansión de Doña Distancia; ocurre lo inesperado: no sabes dónde vas a estar lejos o cerca, porque allí y aquí/allá y acá tienes algo. Y te das cuenta que ella ha ganado, vivirás siempre bajo su presencia, incluso te sentirás distante de ti mismo. A no ser, claro, que de una vez por todas rompas esos esquemas que tan amablemente nos fueron construyendo nuestros padres, maestros, vecinos...Y, logres marcar tus propias coordenadas de tiempo y espacio.

Suerte en la lucha!

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